MISION 2008: TUYUNTI

Tenemos una deuda pendiente: Terminar de compartirles la misión de este año. Nos quedan tres lugares. Hoy vamos con Tuyunti y un escrito muy fuerte que nos comparte Paulita. Y les prometemos que en breve vendrán Aguas Verdes y Vertientes... y un bonus track sólido. Que empiecen bien la semana...

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HEMOS CONOCIDO AL DIOS DE LOS SILENCIADOS

Retomando una comunidad que no se visitaba hace aproximadamente tres años en forma conciente, nos encontramos con una realidad que nos golpeó en la cara de frente e hizo despertarnos de nuestro sueño místico.

Cual conquista, el criollo se ha ido metiendo, destruyendo lo que no es propio a su paso… Pero esta vez, no en busca de metales preciosos, aunque sí, obteniendo esclavos de algún tipo y utilizando los mismos métodos arcaicos. La introducción del alcohol, los mal implementados planes sociales, entre otros, son los principales motivos de que esta pequeña comunidad esté viéndose con grabes problemas de adicciones, violencia familiar y abuso de menores. La falta de motivación de jóvenes, que se encuentran al finalizar sus estudios primarios sin opciones concretas y con una carencia total de fuentes firmes de trabajo, provoca la necesidad de acudir a “soluciones” inmediatas que, bien sabemos, más que solucionar destruyen y aniquilan conciencias.

Hemos conocido al Jesús enfermo, el que vive sin pulsiones, el que está en la desesperación de una madre, el que no se da cuenta del valor de su propia cultura, el Jesús que está en la joven abusada y en el niño golpeado… Vimos el rostro de un Dios que no se percata que se está autodestruyendo.

Por otro lado, la gratuidad de Nuestro Padre nos regaló durante nuestra visita los ojitos tiernos, las risas tímidas y los abrazos amistosos de los changuitos. Compartimos su Palabra, su Eucaristía y recibimos la multiplicación inesperada. Una cena en familia. El trabajo de los jóvenes, sus penas, sus preocupaciones. La necesidad de escucha de los docentes. La angustia de las madres, preocupadas… Creímos misionar, pero fuimos misionados.

Fue muy notorio el paso de los misioneros anteriores por esta comunidad de Tuyunti. Algunas familias recordaban misioneros que pasaron por ahí hace más de cuatro años. Algunos tienen fotos de familias de Mar del Plata y muchos de los adolescentes estuvieron de visita en nuestra cuidad, gracias al padrinazgo del Colegio Esquiú.

El vínculo generado entre estas dos comunidades es muy profundo y uno puede notarlo al caminar por los caminitos de “tierra blanca”. No importa en representación de qué vayamos a Tuyunti. Nosotros somos sus padrinos… y es momento de que nos hagamos cargo de este compromiso.

Desde que volví, no dejo de acordarme de Vos, Jesús… que con tu mirada me interpelás, me cuestionás mi quietud, me pedís más y me decís que vuelva a buscarte y a ocuparme de tus heridas prontamente…

Yasurupai… (Gracias en Idioma Chané. Sí, es un Idioma)

Paula Ostrov

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