A - DIOS

Hermanos:

Les escribo desde mi querido San Rafael. Con lagrimas en los ojos y con el corazón partido luego de una despedida tan fuerte entré a mi tierra que, luego de 10 años, volvió a recibir a su hijo con los brazos abiertos.
Quisiera compartirles mil sentimientos que tengo en este momento en el que si bien reina la serenidad, no se me hace sencillo tener claridad en el “como seguir”. Creo que está bueno que así sea. Uno no puede pensar en tener todo bajo control. No se puede. Siempre hay grietas que "para bien o para mal” nos muestran que por allí se puede filtrar, la esperanza y la vida…o también el maligno. Hay que estar atento para percibir lo mas genuino dentro del corazón, lo que más se corresponde con lo bueno, bello y verdadero de cada historia de vida. Yo estoy en ese camino. Todos lo estamos en realidad. Pero bueno, a mí me toca “por la edad y por el momento personal en el que hoy estoy” dar un paso más… avanzando en mis convicciones. La vida empuja mis pasos, me esta empujando reza Teresa en una de las tantas canciones que nos ayudaron a unir en un todo “lo sagrado y lo profano” . [Es que desde que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros ya no puede haber dicotomía entre cielo y tierra, bueno o malo, sagrado o profano. El de arriba, el todo Santo …toco todo ¿no? Todo se redimió en Él. Entonces, las separaciones tan tajantes se quedan para la infancia de nuestra fe (que es una etapa necesaria como el 2+2) pero no para el camino de adultez en la fe].
Y así me siento hoy…Siento que la vida empuja mis pasos y que “es la hora” de darle mi convencimiento. De un solo trago…
Creo que mi estar en San Rafael unos días es tan solo una acampada. No es tapera. Se viene un momento que esperé por muchos años. Caminar la Patria Grande. Con humildad y con un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio. Y con la consigna de Samuel grabada a fuego en el corazón: Habla Señor que tu siervo escucha. Ese es mi deseo de corazón y quisiera ser fiel a eso. Tan solo a eso y nada más.
Quería compartirles esto. No obstante lo más importante de este mensajito era decirles lo importante que cada uno de ustedes fue en mi vida. Cada uno de los que pasó por este proyecto pero por sobre todo, cada uno de los que SE QUEDÓ REMÁNDOLA JUNTO AL OTRO. También junto a mí. Es lo más difícil perseverar, es lo más difícil. Pero se hace más fácil con otros al lado. Doy fe de esto yo que vengo desde pequeño con experiencias comunitarias a cuestas y tambien con experiencias encaradas desde la individualidad. Siempre juntos, que esa sea una de nuestras banderas.
Es mi deseo que en el caminar puedan seguir profundizando la opción por el pobre, que no es mas que la opción del propio Jesús. Van a ir dándose cuenta lo mucho que reclama esa simple afirmación de fe cristiana. Seguro sentiremos en más de una ocasión que convendría ser “un cristiano clásico” manteniendo un esquema tradicional de misión, de caridad, de liturgia y de experiencia de Iglesia y de Dios. Pero, si así lo hiciéramos nos traicionaríamos. Es un nuevo tiempo y ya no sirven respuestas a preguntas que nadie se hace. Tenemos que responder a lo que le pasa al mundo de HOY, en pleno siglo XXI.

A nosotros nos toca dar respuesta creativa, original y fiel al evangelio y a la tradicion latinoamericana en el pequeño mundo que Dios generosamente nos confió: el del encuentro con los pueblos originarios del chaco salteño.
Que ese pequeño mundo sea nuestro "lugar teológico", nuestra fuente espiritual desde donde nos reenamoremos constantemente de Jesús crucificado-resucitado. Es mi deseo de corazón.
Dios dirá si la vida nos vuelve a encontrar mancomunados, trabajando por el mismo proyecto.
No obstanbte y como me dijo Nachito, el cielo que nos cubre será al mismo para todos, y el sol que nos empuja a recomenzar cada día también. SEREMOS SIEMPRE HERMANOS.
Los llevaré en mi corazón.
Dios los bendiga a cada uno en particular y a todo ese GRAN GRUPO MISIONERO DE MAR DEL PLATA... a esa FAMILIA RODANTE QUE SIEMPRE IRA POR MAS.
Hasta pronto.
Hasta Siempre
YIYO