Ante el fallo que encuentra culpable al pbro. J. C. Grassi por pederastia y pedofilia, pero que a su vez le concede libertad e incluso la posibilidad de ir, con alguien por él elegido, a la Fundación "Felices los niños" queremos señalar:
1. Nuestra mirada pretende ser -como lo hemos dicho muchas veces- desde las "víctimas", que son, en este caso, evidentemente, los menores abusados;
2. Creemos que la fuerza de los curas no puede ni debe estar dada por su cercanía al poder sino por la credibilidad, y -por lo tanto- no entendemos la negativa a someterse a pericias, ni su presencia coercitiva en la Fundación;
3. Nos parece que "el peligro" principal no es el procesal (esto es, que Grassi comparezca o no a los llamados de la Justicia), sino la posibilidad de que reincida en aquello por lo que se lo ha condenado en primera instancia. Eso sería gravísimo y responsabilidad directa de quienes le conceden la libertad;
4. Lamentamos el silencio de las cúpulas eclesiásticas ante este caso, y otros como el de von Wernick. Vemos que otros episcopados como el Colombiano han hecha pública su voz en casos semejantes y no entendemos este silencio que tiene la apariencia de "callar" y "otorgar".
Desde nuestro lugar de curas, religiosos, religiosas y laicos/as hacemos llegar nuestro saludo solidario a los menores víctimas y a otros que eventualmente existieran, y como miembros de la comunidad eclesial les pedimos perdón por la violencia que surgió contra ellos desde nuestra "casa".
1. Nuestra mirada pretende ser -como lo hemos dicho muchas veces- desde las "víctimas", que son, en este caso, evidentemente, los menores abusados;
2. Creemos que la fuerza de los curas no puede ni debe estar dada por su cercanía al poder sino por la credibilidad, y -por lo tanto- no entendemos la negativa a someterse a pericias, ni su presencia coercitiva en la Fundación;
3. Nos parece que "el peligro" principal no es el procesal (esto es, que Grassi comparezca o no a los llamados de la Justicia), sino la posibilidad de que reincida en aquello por lo que se lo ha condenado en primera instancia. Eso sería gravísimo y responsabilidad directa de quienes le conceden la libertad;
4. Lamentamos el silencio de las cúpulas eclesiásticas ante este caso, y otros como el de von Wernick. Vemos que otros episcopados como el Colombiano han hecha pública su voz en casos semejantes y no entendemos este silencio que tiene la apariencia de "callar" y "otorgar".
Desde nuestro lugar de curas, religiosos, religiosas y laicos/as hacemos llegar nuestro saludo solidario a los menores víctimas y a otros que eventualmente existieran, y como miembros de la comunidad eclesial les pedimos perdón por la violencia que surgió contra ellos desde nuestra "casa".
Grupo de Curas en Opción por los pobres
Junio/2009
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