Hijos/as de la Gracia, libres en la Fe
Rev. Héctor Fernández * - Adital
Reflexión sobre Jeremías 28. 5 -9;
Salmo89. 1 - 4, 15 - 18;
Rom. 6. 12 - 23;
Mateo 10. 40 - 42.
Salmo89. 1 - 4, 15 - 18;
Rom. 6. 12 - 23;
Mateo 10. 40 - 42.
Objetivo: Descubrir que nos esclaviza y como Dios por Gracia y amor nos libera para actuar como sus hijos/as. Non invita a dar de gracia y actuar con amor.- Leer Mateo 10. 40 - 42
Las lecturas de hoy nos remiten a reflexionar en lo que son los profetas del Dios de Jesús y la fe que tenemos en Dios colocada en nuestra situación actual.
Un profeta bíblico es el vocero de Dios, a quien Dios reviste de su autoridad para que comunique su voluntad. Dos aspectos de su tarea son Denunciar y Anunciar. No son futurólogos o adivinos, mas bien interpretan, con la ayuda del Espíritu, el momento presente convencidos que el futuro es de Dios y convencidos de ello, pueden actuar y hablar en el presente, personas que desarrollan su vida en contacto con el pueblo, lo cual les permite conocer la realidad desde los mas sufridos/as y ello entre otros aspectos, les permite proyectar aspectos a los que puede conducir la realidad presente.
Justicia, fue la palabra clave en el accionar de estos profetas, en su perspectiva de Dios, esa palabra contenía una idea importante: convivencia sana, buena entre los seres humanos, donde pudiese experimentarse la hermandad, solidaridad, equidad, en la cual se pudiese sentir la paz y el amor reciproco. Esto no fue una ocurrencia sacada de la manga. Israel logro en algunos momentos de su historia acercarse a una situación así. Momentos en su historia durante los que cada persona fue responsable y solidario con las otras/os. Algo parecido a algunas Civilizaciones de nuestros ancestros en América Latina. Algo parecido a lo que vivimos como pueblo de Dios en los momentos del conflicto armado, en medio de la persecución.
En la lectura de Jeremías podemos observar que el fenómeno de los falsos profetas no es nuevo. Algunos en nuestro tiempo gustan de autoproclamarse "profetas", hay grupos que se autodenominan "iglesia profética" pero en sus palabras y actitudes están muy lejos de esa realidad, se mueven por intereses personales, de grupo, económicos, políticos, religiosos, proselitistas, no son coincidentes con la idea de justicia bíblica, algunos tienen "voz profética" pero su práctica contradice la palabra.
Pablo nos da una poderosa enseñanza, somos libres de la Ley, hijos/as de la Gracia, pecadores/as que caemos en pecado pero que contamos con la posibilidad de levantarnos.
Debemos hacer alusión aquí brevemente que el pecado es fundamentalmente perder la fe, la confianza en Dios y actuar por si mismos, erigirse, sentirse dios, es posicionarse contra la voluntad de Dios. Dios tiene una finalidad para nosotros/as, quisiera vernos construyendo una nueva forma de relaciones, una nueva humanidad, una nueva civilización, en la cual recreemos las relaciones con los otros seres humanos y con él.
En la medida que nos separamos, desatendemos esta búsqueda caemos en pecado. Cuando el sistema de este mundo nos retrae, nos deslumbra, cuando confiamos en sus espejismos y colocamos como prioridad el "Yo" en lugar del Nosotras/os, caemos en pecado.
Cuando marginamos, excluimos a personas por sus preferencias sexuales, por su credo político, religioso, raza, sexo. Caemos en pecado
Porque cuando hacemos una acción negativa contra nosotros/as u otras personas nos alejamos de la voluntad de Dios. Al actuar así es que hemos perdido la Fe y la confianza en el Dios liberador que es profundamente amoroso e inclusivo.
Va haciendo junto a nosotros/as el cambio de mentalidad y actuación para que de esa manera podamos transformar la realidad circundante, a la inversa no funciona.
En la medida que se fortalece nuestra Fe en el Moreno de Nazareth, en el acompañamiento que Dios nos da, aun medio de las dificultades, lograremos mantenernos en el Camino, en el cual vamos juntos/as como pueblo de Dios en El Salvador y otros lugares del planeta.
Con Fe en nuestro Dios amoroso e inclusivo vamos caminando, intentando poner en practica la Justicia, a la manera de los profetas, que esa Justicia sea parte sustancial de la vida, así podemos decir y sentir que somos trabajadores/as fieles del reino de Dios y su justicia.
Podremos sentirnos y ser hombres y mujeres buenos/as, discípulos/as, profetas/ profetizas del Dios de la vida.
Este domingo Dios nos llama a ser mujeres y hombres de mucha Fe, con vidas en las que él se abre paso en nuestras historias personales, familiares, sociales, colectivas.
Es difícil encontrar palabras que describan con fidelidad y que recojan la dura realidad de la situación económica, política, religiosa, social en nuestro país, podríamos decir que "es gravísima".
Frei Betto, escribiendo desde la realidad brasileña, nos habla de que los alimentos se están volviendo artículos de lujo, eso es una situación muy parecida en El Salvador y los otros países de la región centroamericana.
Si bien es necesario y seguiremos insistiendo en la necesidad de educación, techo, vivienda digna, fuentes de trabajo, la realidad es tan contraria a la voluntad de Dios que el hambre ocupa el primer lugar en las prioridades.
Ante esa realidad Dios nos llama a ser realistas, no fatalistas, no dar espacio a la pasividad. Debemos recordar que Dios irrumpe en la historia con nuestra voz y nuestra acción transformadora, continuemos trabajando, el ídolo del Mercado y el dinero "tiene pies de barro" y la realidad salvadoreña y mundial están demostrándolo.
Dios en nuestra realidad nos esta llamando constantemente a desarrollar actitud de responsabilidad, a una ética de responsabilidad como bien decía el Pastor Luterano alemán Bonhoeffer, Dios hoy nos llama a cada uno de nosotros/as por nuestros nombres a ser hijos/as responsables, de nosotros/as y de las otras personas, asumiendo nuestro rol en este momento histórico, conocedores/as que Dios nos ama profundamente.
En nuestra situación de país altamente polarizado, con expresiones fuertes de odio, desigualdad, indiferencia, exclusión, marginación, injusticia, división, actitudes de condena, colocándose unos como jueces de los otros/as, nosotros/as estamos llamadas/os a la unidad en torno a lo que Dios quiere para El Salvador: desterrar al ídolo del Mercado y el Dinero y colocar en su lugar, en el centro de la vida de la Nación, a los/as salvadoreños/as.
En esa realidad Dios nos llama a renovar nuestro bautismo y trabajar intensamente y Con- Pasión por el amor, la fraternidad, la inclusión, la hermandad, la unidad, el encuentro.
Dios hoy nos llama a que los bienes materiales los coloquemos en el horizonte y al servicio del reino, no dejarnos esclavizar por ellos, sino proveerles de una manera administrativa de libertad en la fe, compartiéndolos en el trabajo por la construcción de una sociedad justa, humana sin exclusión o marginación de ningún tipo, todos/as trabajando intensamente por lo que Dios quiere para El Salvador y otros pueblos que pasan por situaciones parecidas.
Nos invita a ser profetas y profetizas, estamos convocados/as a anunciar con palabras y acciones y de manera permanente: El reino de Dios y su Justicia, de la misma que hablaron los profetas. Nos Convoca a ser señales y signos de ese reino en la vida diaria, cada día, cada hora, cada minuto. Nos convoca no únicamente a Denunciar, sino también ha Anunciar la Gracia de Dios y el momento favorable, agradable en la vida de cada hijo/a de Dios.
Sigamos con "la locura de la Cruz" pues estamos firmemente comprometidos/as con un proyecto enorme y de gran repercusión, que supera los proyectitos personales o de grupitos, nuestro proyecto es: El reino de Dios.
Hoy Dios nos llama a consolidar nuestra vida, como una vida de Fe, que nuestras vidas sean de discípulos/as, profetas, profetizas, hombres y mujeres de Buena Voluntad. Si bien esto tiene sus costos como lo hemos visto en las anteriores lecturas de Mateo, también tiene sus recompensas, que no son a la manera en que esperan los que no son de Dios.
Nuestra recompensa es muy grande podríamos decir solo para darnos una idea: disfrutar de relaciones transparentes, la alegría que hace desbordar el corazón al ver que hay jóvenes que intentan ser consecuentes con el Evangelio y con las causas justas del Pueblo de Dios, disfrutar: bienes materiales obtenidos honrada y honestamente, amistades verdaderas y no por intereses insanos o de anti reino, la comensalidad, comer, beber, bromear con los y las que vamos por el Camino de liberación y que en nuestras mesas lo que hay se ha ganado con honestidad y responsabilidad. Ver que nuestros hijos/as tienen valores cristianos, sentir la presencia de Dios en los momentos mas difíciles, sentir en nuestras manos, en el abrazo, el saludo desinteresado de la otra del otro/a, amar y ser amado/a con intensidad.
En esos momentos agradables de la vida, sentir la presencia del Dios con nosotros/as, el Emannuel que nunca nos deja solos/as y que esta muy pendiente de nosotros/as.
Justicia, fue la palabra clave en el accionar de estos profetas, en su perspectiva de Dios, esa palabra contenía una idea importante: convivencia sana, buena entre los seres humanos, donde pudiese experimentarse la hermandad, solidaridad, equidad, en la cual se pudiese sentir la paz y el amor reciproco. Esto no fue una ocurrencia sacada de la manga. Israel logro en algunos momentos de su historia acercarse a una situación así. Momentos en su historia durante los que cada persona fue responsable y solidario con las otras/os. Algo parecido a algunas Civilizaciones de nuestros ancestros en América Latina. Algo parecido a lo que vivimos como pueblo de Dios en los momentos del conflicto armado, en medio de la persecución.
En la lectura de Jeremías podemos observar que el fenómeno de los falsos profetas no es nuevo. Algunos en nuestro tiempo gustan de autoproclamarse "profetas", hay grupos que se autodenominan "iglesia profética" pero en sus palabras y actitudes están muy lejos de esa realidad, se mueven por intereses personales, de grupo, económicos, políticos, religiosos, proselitistas, no son coincidentes con la idea de justicia bíblica, algunos tienen "voz profética" pero su práctica contradice la palabra.
Pablo nos da una poderosa enseñanza, somos libres de la Ley, hijos/as de la Gracia, pecadores/as que caemos en pecado pero que contamos con la posibilidad de levantarnos.
Debemos hacer alusión aquí brevemente que el pecado es fundamentalmente perder la fe, la confianza en Dios y actuar por si mismos, erigirse, sentirse dios, es posicionarse contra la voluntad de Dios. Dios tiene una finalidad para nosotros/as, quisiera vernos construyendo una nueva forma de relaciones, una nueva humanidad, una nueva civilización, en la cual recreemos las relaciones con los otros seres humanos y con él.
En la medida que nos separamos, desatendemos esta búsqueda caemos en pecado. Cuando el sistema de este mundo nos retrae, nos deslumbra, cuando confiamos en sus espejismos y colocamos como prioridad el "Yo" en lugar del Nosotras/os, caemos en pecado.
Cuando marginamos, excluimos a personas por sus preferencias sexuales, por su credo político, religioso, raza, sexo. Caemos en pecado
Porque cuando hacemos una acción negativa contra nosotros/as u otras personas nos alejamos de la voluntad de Dios. Al actuar así es que hemos perdido la Fe y la confianza en el Dios liberador que es profundamente amoroso e inclusivo.
Va haciendo junto a nosotros/as el cambio de mentalidad y actuación para que de esa manera podamos transformar la realidad circundante, a la inversa no funciona.
En la medida que se fortalece nuestra Fe en el Moreno de Nazareth, en el acompañamiento que Dios nos da, aun medio de las dificultades, lograremos mantenernos en el Camino, en el cual vamos juntos/as como pueblo de Dios en El Salvador y otros lugares del planeta.
Con Fe en nuestro Dios amoroso e inclusivo vamos caminando, intentando poner en practica la Justicia, a la manera de los profetas, que esa Justicia sea parte sustancial de la vida, así podemos decir y sentir que somos trabajadores/as fieles del reino de Dios y su justicia.
Podremos sentirnos y ser hombres y mujeres buenos/as, discípulos/as, profetas/ profetizas del Dios de la vida.
Este domingo Dios nos llama a ser mujeres y hombres de mucha Fe, con vidas en las que él se abre paso en nuestras historias personales, familiares, sociales, colectivas.
Es difícil encontrar palabras que describan con fidelidad y que recojan la dura realidad de la situación económica, política, religiosa, social en nuestro país, podríamos decir que "es gravísima".
Frei Betto, escribiendo desde la realidad brasileña, nos habla de que los alimentos se están volviendo artículos de lujo, eso es una situación muy parecida en El Salvador y los otros países de la región centroamericana.
Si bien es necesario y seguiremos insistiendo en la necesidad de educación, techo, vivienda digna, fuentes de trabajo, la realidad es tan contraria a la voluntad de Dios que el hambre ocupa el primer lugar en las prioridades.
Ante esa realidad Dios nos llama a ser realistas, no fatalistas, no dar espacio a la pasividad. Debemos recordar que Dios irrumpe en la historia con nuestra voz y nuestra acción transformadora, continuemos trabajando, el ídolo del Mercado y el dinero "tiene pies de barro" y la realidad salvadoreña y mundial están demostrándolo.
Dios en nuestra realidad nos esta llamando constantemente a desarrollar actitud de responsabilidad, a una ética de responsabilidad como bien decía el Pastor Luterano alemán Bonhoeffer, Dios hoy nos llama a cada uno de nosotros/as por nuestros nombres a ser hijos/as responsables, de nosotros/as y de las otras personas, asumiendo nuestro rol en este momento histórico, conocedores/as que Dios nos ama profundamente.
En nuestra situación de país altamente polarizado, con expresiones fuertes de odio, desigualdad, indiferencia, exclusión, marginación, injusticia, división, actitudes de condena, colocándose unos como jueces de los otros/as, nosotros/as estamos llamadas/os a la unidad en torno a lo que Dios quiere para El Salvador: desterrar al ídolo del Mercado y el Dinero y colocar en su lugar, en el centro de la vida de la Nación, a los/as salvadoreños/as.
En esa realidad Dios nos llama a renovar nuestro bautismo y trabajar intensamente y Con- Pasión por el amor, la fraternidad, la inclusión, la hermandad, la unidad, el encuentro.
Dios hoy nos llama a que los bienes materiales los coloquemos en el horizonte y al servicio del reino, no dejarnos esclavizar por ellos, sino proveerles de una manera administrativa de libertad en la fe, compartiéndolos en el trabajo por la construcción de una sociedad justa, humana sin exclusión o marginación de ningún tipo, todos/as trabajando intensamente por lo que Dios quiere para El Salvador y otros pueblos que pasan por situaciones parecidas.
Nos invita a ser profetas y profetizas, estamos convocados/as a anunciar con palabras y acciones y de manera permanente: El reino de Dios y su Justicia, de la misma que hablaron los profetas. Nos Convoca a ser señales y signos de ese reino en la vida diaria, cada día, cada hora, cada minuto. Nos convoca no únicamente a Denunciar, sino también ha Anunciar la Gracia de Dios y el momento favorable, agradable en la vida de cada hijo/a de Dios.
Sigamos con "la locura de la Cruz" pues estamos firmemente comprometidos/as con un proyecto enorme y de gran repercusión, que supera los proyectitos personales o de grupitos, nuestro proyecto es: El reino de Dios.
Hoy Dios nos llama a consolidar nuestra vida, como una vida de Fe, que nuestras vidas sean de discípulos/as, profetas, profetizas, hombres y mujeres de Buena Voluntad. Si bien esto tiene sus costos como lo hemos visto en las anteriores lecturas de Mateo, también tiene sus recompensas, que no son a la manera en que esperan los que no son de Dios.
Nuestra recompensa es muy grande podríamos decir solo para darnos una idea: disfrutar de relaciones transparentes, la alegría que hace desbordar el corazón al ver que hay jóvenes que intentan ser consecuentes con el Evangelio y con las causas justas del Pueblo de Dios, disfrutar: bienes materiales obtenidos honrada y honestamente, amistades verdaderas y no por intereses insanos o de anti reino, la comensalidad, comer, beber, bromear con los y las que vamos por el Camino de liberación y que en nuestras mesas lo que hay se ha ganado con honestidad y responsabilidad. Ver que nuestros hijos/as tienen valores cristianos, sentir la presencia de Dios en los momentos mas difíciles, sentir en nuestras manos, en el abrazo, el saludo desinteresado de la otra del otro/a, amar y ser amado/a con intensidad.
En esos momentos agradables de la vida, sentir la presencia del Dios con nosotros/as, el Emannuel que nunca nos deja solos/as y que esta muy pendiente de nosotros/as.
Preguntas para reflexionar
¿Cómo interpretas el mensaje y actitud de los líderes o "jefes" en tu comunidad de fe, aportan a la construcción de personas, familias y sociedad en la perspectiva del reino o no?¿Sientes que tu vida y la vida comunitaria tienen como eje la Justicia a la manera de los profetas o no?¿Qué puedes tu y junto a otros/as para mejorar las situaciones que en tu vida y en la Comunidad de fe no están coincidiendo con el reino?¿Qué otras Recompensas experimentas en tu vida, además de la descritas?
Reproducimos el siguiente canto como recurso en la meditación:
Con fe y Esperanza viva
Y andaremos por el mundo con fe y esperanza viva, celebrando, cantando, sonriendo, luchando por la vida. Y vamos a celebrar a nuestro Dios de la vida,la mesa de la unidad para todos está servida. Y vamos a sonreír junto al niño y al hermanoy aquel que nos necesita, vamos a darle la mano.Y ahora vamos a cantar con toda nuestra garganta,porque le estamos cantando al Dios de la alabanza Nos vamos a organizar, con fuerza y sabiduríay seguiremos cantando y luchando por la vida.
* Teólogo Luterano - El Salvador - Instituto Ecuménico
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