domingo, 3 de agosto de 2008

MACUETA

Hoy llega el turno de Macueta. El único lugar que visitamos que no está en el chaco salteño. La compartida de hoy está a cargo de Dina Sierra, una misionera que desde hace varios años acompaña el caminar del grupo junto a su familia: su marido Alejandro Anabitarte y sus hijas Josefina y Micaela. Este año Ale está en Macueta y Josefina en Vertientes. Gracias Dina por regalarnos tu corazón, te queremos mucho.

Macueta es un lugar de misión que comienza a visitarse a partir de la segunda misión, en el 2001. Es una comunidad de criollos ubicada en los cerros cuyo acceso a veces sólo se puede realizar a caballo o a pie (3 horas) por los caminos se destruyen en el verano por las lluvias que bajan de los cerros “desmontados” y barren con todo a su paso. El desmonte del lugar es producido por la empresa Panamerican Energy que extrae gas en la zona. Sus habitantes cocinan con leña, ¡Qué Injusticia! ¿no?.
Al ser criollos disfrutan de la visita de los misioneros ya que quieren celebrar misa y les gusta leer la Palabra y reflexionarla junto a nosotros.
La escuela, muy humilde, sin agua y sin luz, está muy cuidada ya que los maestros son sumamente dedicados. Los niños duermen en la semana en la escuela porque sus casas les quedan, a algunos hasta 4 horas de distancia caminando. Debido a la distancia, una noche en la semana de misión, nos quedamos a dormir en una de las casas de la gente y desde allí visitamos las familias mas alejadas.
El paisaje es paradisíaco, con los cerros rojos enmarcados de abundante vegetación que el río Caraparí se encarga de hacerla tupida.
Lo que mas llama la atención al llegar es la gratitud de las familias por la visita, ya que es la única que reciben debido a su aislamiento. Los niños cantan a la bandera produciendo una emoción de lágrimas, ya que, a pesar de ser olvidados por los gobernantes, rebosan de patriotismo.
Tampoco cuentan con un centro de salud, y de tener una urgencia, deben salir a caballo o con una camilla en los hombros que los maestros confeccionan para la ocasión.
Dios habita en Macueta, Él se encarga de cuidarlos y protegerlos, y también de acrecentar su Fe. Nos admira verlos con tanta confianza en el Señor. Recuerdo una vez que una señora se lastimó la pierna gravemente y nos manifestó que se curó de tanto rezar!!!.
Llena el corazón de “Gracia” estar en ese lugar. Es más una inyección de Fe que traemos los misioneros, que lo que realmente llevamos. Dios nos ha gritado en Macueta y los que fuimos, no podemos dejar de amar ese lugar donde el paraíso debe tener mucho que ver.
Que el Señor ilumine siempre esas familias con tanta carencia de cosas materiales y comunicaciones pero tan llenas de Su presencia!!! Dina.


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