MISION 2008: LA PUNTANA

A partir de hoy iremos compartiendo con ustedes lo vivido en esta última misión, que como cada año es mucho y muy intenso. Lo haremos de tres maneras: testimonios de misioneros, fotos y videos. Esta también es una forma de devolución a todos los que nos envían, todos los que nos ayudan a llegar a los hermanos del norte, todos los que rezan por nosotros... esperamos que les guste. Los queremos mucho.

LA PUNTANA

Este nuevo año de misión en la puntana mostró el fruto del saber compartir desde el silencio en los años anteriores de misión. Se vió en los jóvenes de la comunidad que nos permitieron compartir con ellos un día en el río de joven a joven y pasados los días pudimos charlar sobre problemáticas que afectan su juventud, como la aparición del sida en la comunidad, el alcohol, el abuso que sufren por parte de gendarmes o personas de la misma comunidad, pudimos ver el valor que le daban a lo que intentábamos trasmitirles y únicamente desde el trabajo de años anteriores se logro. Por otro lado, pudimos compartir su culto. Creo que fue un signo enorme del ser hermanos, del compartir sin importar las diferencias, cristianos y anglicanos, el Dios que nos hace a todos hijos y que no nos permite ser indiferentes al dolor del hermano. Pudimos estar junto a ellos en medio de sus llantos mientras rezaban, nos permitieron sentir su dolor y ver la gran esperanza que guardan, que realmente es admirable porque en medio de tanta pobreza, de tanta enfermedad ellos esperan, esperan que nuestro Dios no los olvide.
También vimos como al pasar los días de visitar la comunidad, la gente nos recibía y agradecía lo único que podíamos dar, la visita, y nos pedía que visitáramos algún hermano de la comunidad que tenia a un familiar enfermo o simplemente no quería que nos olvidáramos de visitarlo. La relación que se logró con los mas chiquitos es hermosa, la sonrisas y risas que nos regalan nos reconfortan para seguir cuando su realidad nos supera y nos ahoga esa impotencia de sentir que no podemos cambiarla. Ya no salen corriendo cada vez que queremos acercarnos y hasta se aprendieron el tallarín y se animan a bailarlo con nosotros y todo, creo que los 11 que pudimos ir a la puntana este año no nos vamos a olvidar nunca las risas de esos nenes, (aunque tengamos la duda de si se ríen de nosotros o con nosotros) de las manos de las mujeres de la comunidad hilando chaguar, o a los hombres armando sus redes.
Reunimos a parte de la comunidad con la excusa de charlar sobre la compra de artesanías y medicamentos pero quizá lo mas lindo fue poder presentarnos a la comunidad y poner en palabras lo que en la semana que compartimos tratamos de mostrar, que la comunidad de Mar del Plata sueña con ser hermanos con ellos, que no hay otro fin que el de compartir la vida, sin importar las diferencias sabiéndonos hermanos en Jesús.
Algo que nos desconcertó fue ver que llegó la luz a la puntana, la tele y con esto nuestro miedo a que su cultura sea contaminada por cosas ajenas a la suya. Algunos signos de esto era ver que cuando visitábamos la comunidad, algunas personas no estaban al lado del fuego tomando mate como se los veía antes, si no que estaban adentro viendo tele, también nos sorprendió escuchar que la noche anterior no habían salido a pescar porque “la novela estaba linda”. Una maestra nos contó que cuando llego la electricidad y solo en alguna casa había tele, los nenes faltaban al colegio y ella, sabiendo cuales eran los chicos, iba y los buscaba. Creemos que es un tema para trabajarlo en la comunidad, se comenzó en el encuentro de docentes pero se podría seguir. También nos sorprendió llegar y ver en la vieja canchita de fútbol una escuela inmensa en construcción, nos alegro mucho verlo porque fue fuente de trabajo para muchas familias, pero creo que en medio de tanta pobreza produce ciertas contradicciones el ver a la gente enferma en sus casas sin saber el porque, esperando… y ver en la escuelita aulas rancho levantadas por ellos mismos y atrás de estas la escuela de material.
Este año en la puntana dejo la certeza de q hay q seguir trabajando que hay mucho por andar junto a esta comunidad y que nuestro Dios hace brotar la vida en cada encuentro en cada silencio aunque nos cueste percibirlo que poco a poco se va forjando esta hermandad, que ellos nos van descubriendo como hermanos y nosotros a ellos mas allá de la imposibilidad de modificar radicalmente su realidad para lograr que sea mas digna. BRENDA BOSCH (16 años)

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